Aniversario 2014
septiembre 8, 2016Los libros se abrirán
septiembre 8, 201615 Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos, 16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, 17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, 18 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos. (Efe. 1:15-18)
En esta Escritura vemos que el apóstol Pablo estaba orando muy intensamente por la Iglesia de Éfeso, para que pudiera comprender que el Señor le ha dado una herencia de riquezas a todos los creyentes; riquezas que por cierto, dijo Pablo provienen de la gloria, es decir, de la eternidad.
Hoy vamos a escudriñar la Palabra de Dios para aprender sobre las riquezas de la Iglesia. Este es un tema que seguramente a todos nos llama la atención, pues probablemente todos en algún momento hemos deseado poseer riquezas, ¿no es verdad?…
El tema de las riquezas es ampliamente tratado en la Biblia, porque Dios quiere que tengamos una perspectiva correcta sobre las mismas. Recientemente mi corazón fue sacudido al mirar las palabras tan interesantes que el Señor Jesús le escribió a dos de sus iglesias en el libro de Apocalipsis. Por un lado vemos a la iglesia de Laodicea que se jactaba de ser extremadamente rica, pero el Señor le dijo “eres completamente pobre” (vea Ap. 3:17).